Lesley Thomas, ese día había peleado con su hermana Julie, de 20 años. Ella tenía 16 y le encantaba estar todo el día en la computadora.
-No tienes que estar todo el día metida dentro de la computadora, será mejor que leas algo –le reprendía Julie.
-¿Y dónde hay un libro para poder leer?
-En el altillo, allí habrá muchos libros que disfrutarás leyendo.
Ella subió al altillo y vio una caja con un montón de libros. De pronto, vio otra caja que estaba llena de libros de su personaje preferido: Sherlock Holmes. Ella lo había conocido a los 11 años, por medio de su madre. Ella sólo le había dicho: “era un investigador”, pero había logrado conseguir más sobre él y comenzar a leer.
Tomó la caja entre sus manos y, cuando se disponía a bajar la escalera, oyó una voz:
-Lesley –susurra esa voz-, Lesley.
-Julie, ya sé que eres tú, no intentes asustarme porque no lo haré.
-Lesley, estoy aquí. –Seguía diciendo la voz.
Venía de detrás de ella.
-Julie, no… -dijo, dándose vuelta.
Pero no alcanzó a terminar la frase, cuando vio que no había nadie. Ni siquiera un recoveco donde una persona pudiera ocultarse. Tan sólo había un viejísimo libro de tapas negras y hojas amarillentas.
Supuso que sería uno de Sherlock Holmes que ella aún no había leído. Además, le pareció ver que decía algo así como: Las aventuras de Sherlock Holmes.
Lo llevó a su habitación para poder leerlo. Pero allí se dio cuenta que no decía Las aventuras de Sherlock Holmes, sino que decía:
“La horrenda muerte de Julie Thomas”.
<< ¡Qué pavada! Si Julie va a morir, no creo que lo diga en un libro ¿No? Además, puede haber muchísimas “Julie Thomas”. No me lo creo. >> Pensó.
<< Veré qué dice detrás, tal vez halle la respuesta >>
Lesley miró la última hoja del libro y leyó:
- ¿De veras creíste que podrías contradecirme, jovencita?
- ¡Oh! – Exclamó Lesley.
En ese momento entró su hermana:
- Lesley ¿Hallaste algún libro?
Ella decidió no decirle nada, al fin y al cabo era todo mentira.
- Emmm…- Le dijo – Si, este.
- ¡Lesley suelta eso! ¡Es el libro de los sueños!
- ¿Qué te pasa Julie? ¿Estás loca acaso?
- No – le contestó, un poco más calmada – Es sólo que, si tú lee ese libro y luego sueñas, pasará lo que en él dice.
- Ah, ya comprendo.
- ¿De veras? – Le contestó Julie, ilusionada.
- Si claro: lo que tú quieres es asustarme para que deje de leer tu libro. Ni lo sueñes hermanita. – Luego se levantó y se fue a leer al patio de la casa, a pesar de que era de noche.
En el libro que ella había hallado, y que había respondido a sus pensamientos decía:
La horrenda muerte de Lesley Thomas
LA FAMILIA THOMAS SE HABÍA IDO DE VACACIONES A MONTE GRANDE, UN LUGAR ESCARPADO Y, COMO LO DECÍA SU NOMBRE, ENORME.
LA CASA DE LOS THOMAS ESTABA UBICADA EN LA ALTO DE UNA COLINA LLENA DE ROCA, QUE DESEMBOCABA EN EL MAR.
UNA MAÑANA, JULIE, LA HIJA MAYOR DE LA FAMILIA, SALIÓ A DAR UN PASEO. DE PRONTO, VIO UN SAPO SALTAR ENTRE LAS PIEDRAS. TRATÓ DE PERSEGUIRLO PERO TROPEZÓ Y CAYÓ BOCA ARRIBA SOBRE UNA FILOSA Y PUNTIAGUDA ROCA, QUE SE INCRUSTÓ EN LA ESPALDA DE LA CHICA, ACABANDO DE ESTE MODO CON SU VIDA…
LA CASA DE LOS THOMAS ESTABA UBICADA EN LA ALTO DE UNA COLINA LLENA DE ROCA, QUE DESEMBOCABA EN EL MAR.
UNA MAÑANA, JULIE, LA HIJA MAYOR DE LA FAMILIA, SALIÓ A DAR UN PASEO. DE PRONTO, VIO UN SAPO SALTAR ENTRE LAS PIEDRAS. TRATÓ DE PERSEGUIRLO PERO TROPEZÓ Y CAYÓ BOCA ARRIBA SOBRE UNA FILOSA Y PUNTIAGUDA ROCA, QUE SE INCRUSTÓ EN LA ESPALDA DE LA CHICA, ACABANDO DE ESTE MODO CON SU VIDA…
- ¡Vaya! – Exclamó la chica, al leer el libro – eso sí que es terrible.
La chica estaba muy interesada en aprender más sobre aquel libro, entonces recordó que ella podía conversar con él, por lo tanto le dijo:
- Bueno libro, emmm….sé que comenzamos bastante mal hace rato, pero me gustaría poder hablar contigo ¿sí? También quiero que me expliques lo que dijo mi hermana, porque tal vez sea verdad.
Se fijó en la última página y vio que decía:
- Si, Lesley, es cierto. Yo soy un demonio que me alimento con la muerte de los humanos. Siempre elijo a alguien que me ayude a hacer mi trabajo, alguien que me prepare la cena. Si tú sueñas esto, luego de haber leído, tu hermana morirá.
- ¿Pero por qué? ¿Por qué yo? – le dijo Lesley azorada.
- Te he elegido a ti.
- ¿A mí?
- Claro, a ti. Hace 5 años había elegido a tu hermana Julie. Pero se comportó como una miedosa conmigo.
-Hace cinco años –le contestó, pensativa – Julie tenía 15 años, y yo 11 – En ese año murió mi prima Becky- ¿Tú… tú lo hiciste?
-Sí. Yo fui.
-Y si yo te ayudo, ¿podrías hacerme un favor?
-Por supuesto Lesley, ¿qué es lo que quieres?
-Quiero que se salve mi hermana. Te prometo que voy a traerte más alimento luego, libro.
-Por supuesto lo consentiré.
- ¿Y ahora Julie puede leer lo que realmente dice, o sea, las muertes?
- Sí. Todos los que alguna vez fueron elegidos, pueden leer lo que yo escribo.
-Perfecto. Gracias, libro.
-De nada, Lesley.
Ella no sabía si tenía que contarle a su hermana todo lo que sabía del libro, pero al final decidió que no, porque Julie pensaba que lo que hacía el demonio del libro estaba mal; pero no era así, él sólo necesitaba alimentarse.
Al día siguiente, Lesley se propuso leer el libro, para ver dónde debía comenzar su trabajo. Leyó la última página:
-Hola Lesley, ¿lista para tu primer día de trabajo?
-Sí –respondió con voz temblorosa.
Empezó a leer:
Lesley Thomas en:
¿Por Qué Lo Hiciste Mina?
¿Por Qué Lo Hiciste Mina?
Mina Berenson se alejó rápido del Instituto Estudiantil.
Esa insoportable de Lesley Thomas, otra vez se había burlado de ella. Pero esta vez no se lo dejaría pasar, claro que no. le contaría a Danielle Perkins, la mejor amiga de ella, unas cuantas mentiras…
Al día siguiente:
-¿Sabes, Danielle?
-¿Qué hay, Mina? –masculló la chica.
-No sé si recordarás que Lesley y yo, ayer, estuvimos hablando en el salón comedor.
-Sí, lo recuerdo – murmuró Danielle, mirándose las uñas de color verde flúo.
-Bueno – dijo, haciéndose la desinteresada- pues estuvo diciéndome un par de cosas sobre ti…
-¿Qué? ¿Qué tipo de cosas?
-Pues dijo que ya no te soportaba, que eres demasiado creída y que es tu amiga por interés, que si fuera por ella, su amiga sería tu peor enemiga: Tracy Sheratonn y, tal vez, su gemela Samantha.
-¿Eso dijo? Ya mismo voy a hablar con ella.
-Sí, claro, ve tranquila…
Mientras una sonrisa se formaba en su rostro.
Lesley estaba escuchando todo, furiosa. Era seguro que Danielle cortaría con su amistad, así que debía hacer algo. Pero, la única manera de que Mina se callara sería el silencio final…
Al terminar las clases de ese día, se acercó sigilosamente a Mina en el callejón que llevaba a su casa. Le puso una pistola eléctrica en la espalda, de modo que la chica recibió una terrible descarga temporal de 3 horas. Tiempo de sobra para que Lesley la arrastrara hasta el propio sótano de Mina, la atara a una silla y esperara a que se despertara.
-Hola Mina – le dijo sonriente- ¿Dolorida?
-Qué… ¿qué sucede?
-Mirá –le dijo, mientras se ponía unos guantes y tomaba una escopeta de cazador y la apuntaba- Si tú eres buena, y haces lo que te digo, el resultado nos beneficiará a las dos, ¿te parece?
Ella asintió con la cabeza, y luego Lesley prosiguió:
-Muy bien Mina, toma esta escopeta cuando te desate, y te apuntas dejando el gatillo libre, ¿sí?
La desató y Mina hizo exactamente lo que ella quería. Entonces, ni lerda ni perezosa, apretó el gatillo.
Luego de esto dijo:
-¿Por qué lo hiciste, Mina? …
Esa insoportable de Lesley Thomas, otra vez se había burlado de ella. Pero esta vez no se lo dejaría pasar, claro que no. le contaría a Danielle Perkins, la mejor amiga de ella, unas cuantas mentiras…
Al día siguiente:
-¿Sabes, Danielle?
-¿Qué hay, Mina? –masculló la chica.
-No sé si recordarás que Lesley y yo, ayer, estuvimos hablando en el salón comedor.
-Sí, lo recuerdo – murmuró Danielle, mirándose las uñas de color verde flúo.
-Bueno – dijo, haciéndose la desinteresada- pues estuvo diciéndome un par de cosas sobre ti…
-¿Qué? ¿Qué tipo de cosas?
-Pues dijo que ya no te soportaba, que eres demasiado creída y que es tu amiga por interés, que si fuera por ella, su amiga sería tu peor enemiga: Tracy Sheratonn y, tal vez, su gemela Samantha.
-¿Eso dijo? Ya mismo voy a hablar con ella.
-Sí, claro, ve tranquila…
Mientras una sonrisa se formaba en su rostro.
Lesley estaba escuchando todo, furiosa. Era seguro que Danielle cortaría con su amistad, así que debía hacer algo. Pero, la única manera de que Mina se callara sería el silencio final…
Al terminar las clases de ese día, se acercó sigilosamente a Mina en el callejón que llevaba a su casa. Le puso una pistola eléctrica en la espalda, de modo que la chica recibió una terrible descarga temporal de 3 horas. Tiempo de sobra para que Lesley la arrastrara hasta el propio sótano de Mina, la atara a una silla y esperara a que se despertara.
-Hola Mina – le dijo sonriente- ¿Dolorida?
-Qué… ¿qué sucede?
-Mirá –le dijo, mientras se ponía unos guantes y tomaba una escopeta de cazador y la apuntaba- Si tú eres buena, y haces lo que te digo, el resultado nos beneficiará a las dos, ¿te parece?
Ella asintió con la cabeza, y luego Lesley prosiguió:
-Muy bien Mina, toma esta escopeta cuando te desate, y te apuntas dejando el gatillo libre, ¿sí?
La desató y Mina hizo exactamente lo que ella quería. Entonces, ni lerda ni perezosa, apretó el gatillo.
Luego de esto dijo:
-¿Por qué lo hiciste, Mina? …
-Bueno –dijo Lesley sin inmutarse, lo haré. Al fin y al cabo, nunca me cayó bien Mina.
-Claro, yo sé todo sobre ti –escribió el libro.
-Ajá… oye, libro, tengo una pregunta que hacerte.
-Te escucho.
-Los elegidos, ¿siempre son familia entre sí, o lo mío con Julie fue una casualidad?
-No, tienen que ser algo entre sí –escribió. Algún día elegiré un familiar tuyo más pequeño que tú para que te ayude un poco con el trabajo.
-Claro, –dijo Lesley, y salió de la habitación.
-Adiós, Miranda –dijo Julie, y cortó el teléfono.
De pronto, vio que su hermana salía a toda prisa de su habitación.
Ella quería averiguar qué se traía entre manos, pues llevaba a la escuela una larga tira de tela, semejante a un estuche de escopeta.
Por eso mismo, cuando Lesley se había ido, entró sigilosamente a su habitación. Allí encontró, sobre su mesita de noche, un extraño libro negro.
Al acercarse más, vio que era el peor temor de su vida: ¡El Libro de los Sueños!
<<¡Oh, no!, esto destruirá su vida>> pensó. Preocupada.
Inmediatamente, Julie fue a buscar a su hermana a la escuela.
-Buenos días, señorita Thomas, -le dijo la directora.
-¡Vengo a buscar a mi hermana ya mismo!
-Está bien, está bien. Pero creí que Lesley ya había llegado a su casa.
-¿¡Cómo!? –Exclamó Julie, asombrada.
-Pues claro, hace media hora que se fue, estaba descompuesta.
Julie no sabía qué hacer. << ¡Tal vez el libro haya matado a mi pobre hermanita! >> pensó, angustiada.
Tres horas más tarde, ella estaba visiblemente más preocupada, pues Lesley aún no había aparecido.
La policía no respondía a sus llamados y sus padres estaban de vacaciones.
A las siete horas, Lesley apareció.
-Lesley, ¿dónde estabas?
-Por ahí –respondió ella.
-Pues me estaba preocupando. Hallé el libro de los sueños en tu mesita de noche, Lesley.
-¿El qué? –Preguntó restándole importancia.
-Ese horrible libro negro, Lesley… Y no quiero que lo tengas. Él fue el culpable de la muerte de Becky, hace cinco años.
-Ya lo sé. No hace falta que me lo digas, Julie.
-¿Lo…? ¿Lo sabías? –Preguntó, asombrada.
-Pues claro. Si no, no estaría ayudándolo en su cacería.
-Pero, me imagino que tú no eres el asesino en serie del que habla todo el país, ¿verdad?
-¿Por qué no, Julie…? Por qué no….
-Oh, Lesley. Tal vez a ti te parezca divertido, pero no lo es. No creas nada de lo que ese libro dice. Absolutamente nada.
-Está bien. Lo llevaré al altillo.
La chica entró a su habitación, tomó el libro y lo llevó donde había prometido. Una vez allí, miró la última página del libro y leyó:
-¿De veras piensas abandonarme, Leley?
-Claro que no, mi librito. Sin que mi hermana lo sepa, te acompañaré hasta el resto de mis días…
FIN
